Una mordida diferente a un clásico.
En "Drácula" de Bram Stocker el viaje del conde de Transilvania a Londres sólo es referido en la novela epistolar pues nadie sobrevive. "Mar de sangre" cuenta los eventos.
El prólogo muestra al Deméter, un barco mercantil, encallado en las costas de Inglaterra. Es el 6 de agosto de 1897. Cuatro semanas antes, Clemens (Corey Hawkins), un médico de color se une a la tripulación. El Capitán Elliot (Liam Hunningham) requiere de más manos para llevar un cargamento que incluye grandes y pesadas cajas de madera con un emblema de dragón. Ya en alta mar los tripulantes comienzan a referir ver una presencia en la noche, las ratas desaparecen, una mujer a punto de la muerte aparece con mordidas. Están en una casa del terror navegante; frente a una creatura que desconocen y que los tiene medidos para racionar su sustento.
"Mar de sangre" es una gran idea. Aprovecha un "hueco" en "Drácula" para elaborar un cuento de terror de sobrevivencia. El filme hace bien muchas cosas: dosifica la información, presenta un grupo de personajes interesantes, crea una atmósfera lúgubre que se beneficia de una fotografía en tonos azules que le viene muy bien para dar una sensación de inquietud, letargo y humedad, y cuenta con un elenco comprometido.
En especial, en el elenco, sobresale el propio Corey Hawkins a cuyo personaje le queda a deber un mejor cierre en términos ideológicos. Hawkins es un hombre estudiado al que el mundo le ha fallado. No importa que sea un egresado de Cambridge, no importa que sea un médico, que tenga conocimientos de astronomía y que sea inteligente. Es un hombre de color. La lógica y fe que busca se queda a la deriva y es curioso pues conecta muy bien con la propia existencia de Drácula. Es un fallo al que se intenta dar una vuelta dándole un nuevo propósito al personaje.
Aisling Franciosi hace a Anna, la mujer polizón y el "itacate" de Drácula. Es una mujer por quién siempre decidieron y que ahora que se ve libre se encuentra con una conexión inquebrantable con el vampiro. Una sobreviviente que expía y cuya función está en darle contexto a la tripulación. La parte más emotiva corre a cargo de Liam Cunningham y Woody Norman, quiénes hacen a un abuelo y su nieto. Toby, el niño, es la inocencia que el viaje necesita y Norman tiene el encanto para hacerlo y también las artes para expresar el desconcierto y miedo.
"El último viaje del Deméter", como se llama en inglés, sabe bien lo que distingue al vampiro y lo despliega. El enfoque del viaje está en la tripulación. Drácula es un cazador sobre el que no se construye ninguna empatía. No es la intención, aunque le habría venido bien al filme dar alguna pista de sus intenciones más allá de alimentarse y viajar... ¿qué lo mueve? ¿Cuál es su necesidad? Aspectos como lo que implica una transformación, la sed insaciable de sangre y el poder del sol sobre un vampiro son mostrados. Hay ahí también un hueco no explorado. Es claro que una vez que la tripulación entiende qué pasa, quiere deshacerse del monstruo y sobrevivir, ¿por qué no aprovechar la luz?
"Mar de sangre" hace un thriller de terror efectista, no efectivo. Es entretenido, da las sorpresas adecuadas, da aspectos que pensar, pero se queda ahí... en la superficie, sin explorar la propia ironía que significa viajar en un barco cuyo nombre es el de la diosa griega de la fertilidad, la que alimenta. "La leyenda de Drácula nace" promete y sí, nace, pero no llega realmente a leyenda. Es, como los pasajeros, una más en el camino de Drácula.
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"The Last Voyage of the Demeter"
EE. UU. / Reino Unido /Italia / Alemania / Malta 2023 - 1h 58m
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