“You have to invite me in,” Abby a Owen.
Siguiendo con la tendencia de Hollywood de hacer su propia versión de un éxito extranjero llega “Déjame entrar”. El filme, una cruda exploración sobre las cargas del vampirismo, se basa en la versión sueca y la novela homónima de John Ajvide Lindquist.
El personaje principal es Owen (Kodi Smit-McPhee), un solitario niño al borde de la adolescencia que vive con una madre alcohólica y es víctima de bulling en la escuela. Al grupo de departamentos donde vive llega Abby (Chloe Moretz), una niña de piel pálida y amplias ojeras que nunca tiene frío, incluso se da el lujo de salir descalza al patio de juegos en pleno invierno. Es ahí donde se conocen, aunque Abby rápidamente marca las distancias. “Nunca podré ser tu amiga”, le dice a Owen. Pero la situación desprotegida de Owen y una serie de misteriosos asesinatos, iniciados tras la llegada de Abby, cambian los planes.
“Déjame entrar” funciona al más puro estilo del terror clásico. Es un filme tejido con sutilezas. El ambiente es lúgubre... el diálogo escaso, las tomas sugerentes y el ritmo pausado pero constante. Así como Abby entra poco a poco en la vida de Owen, la cinta lo hace con los espectadores. El primer vistazo es suficiente para querer descubrir que hay detrás. Gran parte se debe a la meticulosa interpretación de Moretz, quien construye a Abby con materiales llenos de peligro, vulnerabilidad, tristeza y resignación. Las asociaciones de Críticos de Austin, Ohio y Phoenix la reconocieron como la actriz revelación del año.
La historia se concentra en la relación entre Owen y Abby. En como se conocen, descubren sus similitudes, diferencias, se identifican y, sobre todo, se aceptan. El vínculo que se forma entre ambos está fuertemente influenciado por el deseo de protección (mutuo), la investigación que se ha suscitado tras las muertes, pero también por la profunda comprensión que surge entre ambos, máxime cuando la naturaleza de Abby comienza a manifestarse. Los adultos apenas están presentes. Los otros personajes principales son la noche y el frío.
Nominada por las Asociaciones de Críticos de Ohio y Phoenix como Filme Subvalorado, “Déjame entrar” explora en la tragedia qué significa ser vampiro. Es, en cierta forma, un adicto... sin remedio. Enfermo en su deseo de combatir su soledad, atrapado en un cuerpo tan eterno como aprisionante... condenado a repetirse en una espiral sin fin que sólo le permite, aunque implique un nuevo cargo, una nueva condena, pedir, en un grito desesperado de contacto humano, que le “dejen entrar”.
Let Me In
Inglaterra/EE.UU. 2010
Director: Matt Reeves.
Reparto: Kodi Smit-McPhee, Chloe Moretz, Richard Jenkins, Elias Koteas.
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