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Crepúsculo: Eclipse

“Isabella Swan, prometo amarte cada momento de para siempre,” Edward.

La tercera entrega de la exitosa y controversial saga “Crepúsculo” representa una notable mejoraría que, si bien, de nuevo complace a los fanáticos (en su primer fin de semana en Estados Unidos la cinta duplicó su presupuesto de 65 millones de dólares) no acaba de convencer a una crítica por completo dividida. En esta ocasión la dirección corre a cargo de David Slade, quien sin mayores preámbulos retoma la historia, inyectándole tanto vitalidad como estilo.



El romance entre Bella (Kristen Stewart) y Edward (Robert Pattison) continúa. Él ha aceptado convertirla en vampiro una vez que pase la graduación y aunque la transformación es algo que ella desea, el hecho la hace reflexionar en torno a la posibilidad que representa Jacob (Taylor Lautner), y sobre todo, sobre lo que en realidad siente por él. Las consecuencias de su decisión (una guerra con los hombres lobo o la furia de los Volturi) se ven complicadas ante un creciente número de muertos y desaparecidos a causa de Victoria (Bryce Dallas Howard), quien está construyendo un ejército de vampiros con miras a cobrar la muerte de su amado con la de Bella.


El mérito de la serie no está en sus cualidades artísticas sino en su capacidad para satisfacer a su público. Summit tomó una novela de éxito y la convirtió, con un presupuesto limitado y caras poco conocidas, en la franquicia más redituable de la década. Con “Eclipse” supera a las dos primeras entregas gracias a un ritmo más consistente, una historia mejor centrada (el eje pretende ser el dilema interno de Bella), un equilibrio entre momentos dramáticos, cómicos y de acción, efectos visuales de mayor calidad e incluso un mejor maquillaje (la piel de los vampiros ya parece blanca per se y no a causa de una fuerte dosis de polvo blanco). Es visible la mano de Slade en el cuidadoso montaje que permite un mejor disfrute tanto de las escenas dramáticas como de las bien ejecutadas escenas de acción, brindándole a todo el relato una obscuridad más acorde al lluvioso Forks y los conflictos de los personajes. Y si bien la trama se distrae por momentos del conflicto principal lo hace para darle espacio a aquellos pasajes que los fanáticos desean ver en pantalla, permitiéndole así un momento de lucimiento a cada personaje. Entre ellos están los antecedentes de Rosalie (Nikki Reed) y Jasper (Jackson Rathbone), y el discurso de graduación de Jessica a manos de Anna Kendrick, el elemento más destacado de un reparto al que se suman Xavier Samuel como Riley, el enamorado de Victoria, y Julia Jones como Leah Clearwater, la única mujer en el grupo de los lobos. Por su parte Bryce Dallas Howard suple a Rachelle Lefevre como Victoria, un papel que inicialmente rechazó y cuyo cambio se debió más a razones disciplinarias (poner un ejemplo para aquellos que pensaran subir demasiado sus exigencias para participar en las cuarta y quinta películas, no consideradas en el contrato inicial) que a problemas de agenda de la segunda.


“Eclipse” continúa con la tradición y cumple con lo prometido: una historia de amor juvenil con toques de acción y vampiros light que se apresuran a enfrentar el amanecer sin el menor temor.

Twilight Saga: Eclipse

EE.UU. 2010

Director: David Slade.

Reparto: Robert Pattison, Kristen Stewart, Taylor Lautner, Xavier Samuel, Dakota Fanning, Bryce Dallas Howard, Ashley Green, Nikki Reed, Jackson Rathbone.

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