Carlos Andrés Mendiola

1 de ene de 20173 min.

Cirque du freak: El asistente de vampiro

Con lo saga de Harry Potter próxima a terminar y los vampiros de moda gracias al éxito de “Crepúsculo” (2009) llegó “Cirque du freak: El asistente de vampiro”. La cinta adapta el primer grupo (de cuatro) de tres libros (de “La saga de Darren Shan”) con miras, como tantas otras series literarias, a convertirse en la próxima franquicia. No lo consigió. Con un presupuesto de casi 70 millones de dólares apenas y consiguió recuperar 6 en su semana de estreno.

Darren Shan (Chris Massoglia) es un preparatoriano modelo. Es obediente a las reglas y peticiones de sus padres, tiene una buena relación con su hermanita y obtiene sobresalientes calificaciones en la escuela. Lo único inusual en Darren es su extraño gusto por las arañas y su amistad con el problemático Steve (Josh Hutcherson). Una tarde reciben un volante del “Circo de fenómenos”. Intrigados deciden asistir al espectáculo que sólo da una función en cada ciudad. En la presentación aprecian, entre otros, al inmenso Mr. Tall (Ken Watanabe), a la barbuda Madame Truska (Salma Hayek) y al vampiro en cubierto Larten Crepsley (John C. Reilly), quien incluye en su acto a Madam Octa, una araña roji-azul. Cuando la función termina, la curiosidad de Darren lo lleva a robar a Madam Octa causando con ello una serie de eventos que terminarán por orillarlo a aceptar el convertirse en el asistente de Crepsley a cambio del antídoto que permitirá salvar a Steve de la muerte.

“La saga de Darren Shan” opera en la mejor tradición de las novelas fantásticas. Por un lado es una historia sobre el crecimiento de Darren y la amistad. Por otro se trata del cumplimiento de una profecía. Desde luego ambas están estrechamente relacionadas y su culminación dará por resultado una nueva era. La cuestión está en que como primer acercamiento al universo de Shan, “El aprendiz de vampiro” no termina por convencer. El primer acto es desarticulado e inconexo. Poca empatía se construye por Darren y las escenas no parecen formar parte de una secuencia. El asunto mejora conforme la trama avanza, pero aun así son muchos los aspectos que quedan sin respuesta. Entre ellos, por ejemplo, la función de Gavner Purl (Willem Defoe), un vampiro que aparece un par de veces pero cuyo rol es poco claro. Lo mismo pasa con las “visiones” de Madam Truska y con Mr. Tiny (Michael Cerveris), un descomunal hombre de amanerados y sospechosos modales. Incluso la dimensión del antagonismo entre vampiros (que sólo se alimentan de sangre pero no matan a los humanos) y vampaneses (que matan al alimentarse), asunto de vital trascendencia y en el cual Darren jugará (por lo que se entiende) un papel decisivo, es minimizada.

Paul Weitz no consigue definir el tono de “El aprendiz de vampiro”. A veces parece comedia, a veces sátira; a veces quiere ser obscura. Quiere ser a la vez un thriller, una película de adolescentes, de acción, terror, comedia y fantasía. No consigue ser ninguna. Termina en un buen punto. Deja pistas sobre lo que podría esperarse de futuras entregas pero deja aún más dudas sobre lo que ha sucedido. A pesar de ello, más de uno querrá saberlo (el universo es interesante y prometedor, de eso no hay duda), aunque serán pocos ante el éxito comercial de la cinta. “El aprendiz de vampiro”, aunque con buenas intenciones, parece más bien “El aprendiz de director” en “El aprendiz de curso de cine fantástico”.

Cirque Du Freak: The Vampire Assistant

EE.UU. 2009

Director: Paul Weitz.

Reparto: John C. Reilly, Josh Hutcherson, Chris Massoglia, Michael Cerveris, Ken Watanabe, Salma Hayek, Willem Dafoe.

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